10 de febrero de 2011

Análisis de la Superbowl




El “Vince Lombardi Trophy” volvió a casa, a donde al gran ex entrenador de los Packers querría que estuviera siempre, al Lambeau Field, a Green Bay, a esa pequeña ciudad de Winsconsin de unos 100.000 habitantes que llena cada 2 semanas, de septiembre a enero, un estadio de más de 60.000 espectador, porque los Packers son la esencia del football, va mas alla de lo deportivo, es un sentimiento…, un sentimiento verde y amarillo, una autentica religión!!
El partido comenzó lleno de imprecisiones, con las defensas imponiéndose, se notaba el ambiente especial, se noto en los primeros drives, en el brazo de los QB que el de el domingo no era un partido cualquiera, era el partido.
Tardaron un drive en entrar en calor los Packers, pero en la segunda secuencia ofensiva de la que dispusieron, tras un drive sostenido que los llevo hasta la 30 contraria, Rodgers conecto un pase a Jordi Nelson que supuso el primer TD del partido y la primera ventaja para los de Green Bay. Los Steelers intentaron responder rápido, pero la primera acción que llevaron a cabo Roethlisberger y sus chicos, dio como resultado una intercepción de Nick Collins retornada para TD que situaba el marcador en 14-0 sin haber tenido tiempo aún de haber digerido la primera anotación de los queseros.
Los Steelers volvieron a la carga y la presión de la defensa de GB se hizo notar, dejando magullado para el resto del partido a Big Ben. Aprovechando una serie de buenas carreras de Mendenhall y de pases cortos, Pittsburgh recortaba distancías gracias a un FG de Shuisam.
Después de que por primera vez la defensa acerera se hiciera notar en el partido, los Steelers recuperaron el balón tras un punt.
El testarudo offensive coordinator de Pittsburgh, Bruce Arians, continuó insistiendo en pasar, olvidándose del juego que ha sido seña de los steelers a lo largo de su historia, algo que acabaron pagando ya que regalaron una segunda intercepción a los Packers, que obviamente no desaprovecharon. Aaron Rodgers se anotaba su segundo TD de la noche completando un pase de 21 yardas para Greg Jennings, abriendo así una brecha en el marcador, que ya sería insalvable, 21-3.
Los precedentes eran muy malos para Pittsburgh, nunca un equipo había remontado más de diez puntos en una Superbowl. Algo que no pareció importarle a Roethlisberger que sacando orgullo, garra y determinación condujo a su equipo hasta el campo rival para acabar conectando un pase de 20 yardas con Hines Ward que metía de nuevo a los Steelers en el partido al borde del descanso.
El half-time show y los Black eyed peas le sentaron bien al staff técnico de Pittsburgh que ajusto su ataque y defensa, haciendo recordar que para ganarlos hay que sudar sangre por cada pulgada, por cada yarda. Con un muy buen planteamiento, primando el juego de carrera por fin, Mendenhall supo agradecerselo a su equipo corriendo 8 yardas que valieron el 21-17 en el marcador.
Con dos drives correctos y una buena secuencia defensiva, los Steelers estaban de lleno en el partido y los fantasmas sobrevolaban en la cabeza de Green Bay.
El partido entró en un tramó de predominio defensivo, en el que ningún ataque fue capaz de mover el balón, hasta que iniciado el cuarto cuarto, Rodgers, por si a alguien aún le quedaba alguna duda, dirigió a su equipo con maestría para acabar poniendo en su cuenta particular el tercer TD de la noche tras un espectacular pase a Jennings, que volvía  a dar un colchón de oxígeno a los verdes. 28-17.
Los Steelers volvían a estar contra los cuerdas, y otra vez más Roethlisberger demostraba su liderazgo, se echaba el equipo a las espaldas, y cuajaba un excelso drive, que culminaba con un pase de 25 yardas a Mike Wallace para TD convertido de dos tras una option para deleite y disfrute de todos los aficionados. 28-25 a falta de siete minutos para la finalización del Super Domingo.
Con valiente actitud salieron unos Packers campeones, que consiguieron llevar el balón ante toda la presión de los Steelers hasta su yarda 5, donde los Steelers aguantaron de manera estoica forzando a los Packers a un FG que aún dejaba un resquicio de esperanza para Pittsburgh que tras un primer pase alentador donde consiguieron un primer down, llegaron a un 4&5, en el que un incompleto sentenció el triunfo a favor de Green Bay.
304 yardas y 3 TD son los credenciales de Rodgers que le valieron para alzarse con el título de Mvp de esta cuadragésimo quinta edición de la superbowl. Ahora solo queda preguntarse hasta donde puede llevar este chico a los Packers, tras ofrecernos uno de las mejores actuaciones de la historia de la superbowl.

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