Tampoco había que escandalizarse, el equipo quedó cuarto con el mismo equipo que empezó esta temporada, ¿por qué no se podía repetir la historia?
La ciudad se volcó con el proyecto pensando que este año harían un buen papel en Europa y en las competiciones domésticas; pero el balance a poco más de mitad de temporada es desastroso: eliminados a primeras de cambio de la Europa League en un grupo con PSV, Methalist Karkhiv y Debrecen; en la liga es una temporada mediocre en la que no se preocuparán por descender ni por Europa. Lo más preocupante es que el señor Preziosi (el juguetero) se hartó de la actitud de su mejor jugador, Cassano, porque éste abusó de los privilegios que tenía y llegaron a insultarse, lo que provocó su salida.
Cassano emigró a Milán por cinco millones de euros, los cuales tenían al Real Madrid como destinatario debido a una cláusula. Para paliar la perdida consiguieron a Federico Macheda, jugador del ManU y canterano de la Lazio, en calidad de cedido. Evidentemente el equipo perdía peso y todos se daban cuenta de que la Sampdoria ya no estaba con la Champions como objetivo.
El problema vino cuando el Inter fue a pescar en río revuelto y consiguió fichar al mejor delantero centro de Italia, en la actualidad, por doce millones y además quitarse lastre 'regalándoles' un jugador con el que Leonardo no contaba: Biabiany.
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