6 de abril de 2011

El oportunismo por bandera

La jornada de Champions League nos dejó dos sorpresas, la primera en el Santiago Bernabéu con un marcador que sentenció la eliminatoria y la mayor en San Siro donde el Schalke decidió que este año o nunca para estar en semis, encontrarse defensas tan blanditas en enfrentamientos de cuartos en la máxima competición europea es difícil cuanto menos.
Sin embargo la mayor sorpresas de todas fue comprobar que tanto el español medio, como los expertos en fútbol de este país (excepción de unos pocos que sí saben de lo que hablan como en el Canal +) o tienen una capacidad para predecir sorpresas extraordinaria o una "jeta" que les llega al suelo. Me explico: un equipo equilibrado como el Tottenham con muy buenos jugadores, bien organizados y uno de los mejores entrenadores de la Premier era analizado en la previa como "equipazo" con Modric, Van der Vaart y un excesivo protagonismo de aquel que dicen ser el lateral zurdo Gareth Bale (es interior). Después del partido se definió al equipo inglés como un equipo blando que no sabe competir y que asustaba más jugador por jugador que en su conjunto, lo ridículo de la historia fue comprobar como los Sergio Sauca, Pedrerol y compañía se atrevían a contradecirse sin haber visto ni un partido más del equipo de Harry Redknapp (si un equipo está entre los ocho mejores de Europa eliminando a un Milan más completo que Lyon y muchos más será que algo si saben competir).
No cabe duda que si juegas en el feudo madridista con uno menos desde el 15' y con el marcador en contra es difícil hacer un análisis válido para definir con exactitud a un conjunto pero, a partir de ayer, cuando en España se hable de Tottenham seguramente escucharemos cosas como las anteriormente comentadas.

"Todo lo que no sea perder en Milán será una victoria" palabras del cuerpo técnico alemán con vistas al partido de San Siro que enfrentaba a Inter y Schalke. El discurso victimista de Ragngick no era un escudo detrás del cual esconderse por si se volvían a Gelserkirchen con un saco, era la realidad. Se enfrentaban un equipo que se juega, bueno jugaba, el todo por el todo frente a un equipo que está en esas altas esferas sin saber bien el porqué. Pues bien, 90 minutos después nadie que hubiese visto a este Schalke más de 5 partidos podía creerse tal hazaña.
 Los germanos con su defensa titular que está al nivel de la suplente de cualquiera del resto de cuartofinalista y su delantera mermada con la baja de Huntelaar (de hace semanas) y la titularidad de Edu le endosó una manita al Inter que por momentos se contagió de la "magia" del Schalke de esta temporada. Dicho esto el Inter llegaba de hacer un ridículo en el derbi lombardo con un 3-0 en contra y demostrar como si Sneijder no quiere nadie más sabe jugar al fútbol en ese equipo.
Sin saber bien cómo ni por qué España se llenó de gente en los medios (veáse Twitter o televisión) que ya "habían avisado" de que el Schalke tenía opciones claras de pasar, sin saber cómo ni por qué se empezó a hablar de exhibición de los españoles (Raúl bien con su golito, mucho sacrificio; y Jurado que sólo estuvo bien en el cuarto gol y gracias a que Ranocchia quiso probar a su portero) y sobre todo, sin saber cómo ni por qué se habló (y todavía dura) de opciones reales de que este Schalke pueda plantarse en la final.


No intento con esto subestimar a la mayoría de los periodistas deportivos en España a costa de engrandecer mi ego, sólo opino que para hacer un análisis de un equipo hace falta ver más fútbol y menos oportunismo. Evidentemente están los que se salvan como los de Canal +, Fernando Evangelio y pocos más, pero por favor que nadire caiga en el oportunismo fácil de analizar a equipos que ha visto 90 minutos.

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