Día 4 de mayo de 2011 y ya acabó la orgía de Clásicos futbolísticos que ha venido amenizándonos los pasados 18 días. En estas líneas espero hacer un análisis de lo que nos han deparado los cuatro, con la mayor objetividad posible y, sobre todo, denunciando lo que creo que desmerece partidos de este calibre.
Empecemos por el primero, el de Liga, donde claramente se marcó la línea a seguir aún siendo el partido más inservible. Partido de probaturas, donde ya se vislumbró que un Madrid con un planteamiento al ataque le podía hacer daño al Barça, dejando de lado el hecho de que jugaran con 10. Un Barça que pudo matar al Madrid y sentenciar la Liga, pero que no pudo o no quiso. Un arbitraje horrible por parte de Muñiz Fernández, que pitó dos penaltis pero se dejó uno en el camino, y con su autoridad en entredicho durante todo el encuentro. Sin contar la guarrada de Lionel Messi, que al ser un jugador que "siempre" se comporta ejemplarmente hay que aplaudire también cuando intenta golpear a los aficionados con balones.
Segundo partido: la finalísima de la Copa del Rey en Valencia. Ambiente como pocos en la historia de la competición. Un encuentro en el que fue una parte para cada uno, pero donde ya no se vio fútbol; se vio especulación (cagómetro que diría Tomás Guasch), juego tosco, cortante y pillerías varias que ensombrecieron un poco el devenir del partido. El Madrid se llevó el partido a la contra, en acción aislada de Ronaldo. El Madrid se llevaba el título a sus vitrinas, y Mourinho era el gran triunfador amén de su conservador planteamiento.
Tercer partido. Ida de Champions League en el Bernabéu. El Madrid aguanta un 0-0 insulso en la primera mitad, y en el intermedio de la 2ª Pepe es expulsado injustamente, algo que marca el partido y permite al Barça hacerse con un 0-2 definitivo a la postre. Hemos contado los hechos; ahora la intrahistoria. Mourinho realiza unas declaraciones incendiarias donde carga contra todo y todos, incluso Unicef y los aficionados de la Cuidad Condal, donde se equivoca capitalmente tildando la situación de poco menos que conspiración.
Cuarto y último encuentro. Todos lo vimos. 1-1 y el Madrid salió de la Champions aunque reforzado, con una idea de fútbol que se asemeja a lo que debió haber pasado en la ida en Madrid. Principios para el Madrid, con el Barça ganando terreno conforme pasaban los minutos. Gol anulado mal anulado a Higuaín y mal papel del árbitro en general, puesto que perdonó a Carvalho y Adebayor de expulsión.
Pues bien, hay cosas claras y temas de mayor disparidad de opiniones. Claro está: que los árbitros en Europa son muy malos, pero mucho, y algunos sin criterio alguno (pidiendo camisetas al acabar el partido); que no hay conspiraciones judeomasónicas contra el Madrid y a favor del Barça; que Mourinho escurre el bulto de sus errores enfocándose en los estamentos UEFA, algo que dice muy poco de su status como entrenador; y que hay que condenar actitudes dentro del campo como las que hemos visto durante estos cuatro Clásicos, léase Pedro, Messi, Villa, Di María, C. Ronaldo, Pepe, Mascherano, Alves, Busquets, Pinto, Marcelo, etc., etc. etc. Hay que tener un poco de autocrítica en la vida y no mirar sólo para un lado, aunque lo que esté de moda sea pegarle palos a Pepe...
Temas de discusión: el planteamiento de Mourinho en los partidos decisivos, pasando de héroe en la final de Copa a villano en la ida de Champions por su planteamiento cagón, obcecándose en un mosaico ratonero del que no tenía salida; las reacciones de los jugadores del Madrid tras el último partido hablando de robo, cuando dijeron que con 0-0 y 1-1 hubieran pasado, contradiciéndose en que el gol de Higuaín y el 1-1 eran compatibles -fútbol ficción-; y del Barça, como Xavi Hernández, con su "lo que quieren ver en Madrid es espectáculo" (poca memoria la de este chico, dejando de lado la época donde con Van Gaal hacían un juego cutre y tenían a la parroquía azulgranan anestesiada); las relaciones entre clubes, con denuncias ridículas que empañaron no sólo la relación entre ambos, sino su imagen de cara al Viejo Continente; y las rencillas entre jugadores de la Selección, para mí el detalle más importante, algo que necesitará terapia y de la dura para recuperar.
No sabemos ciertamente quién ganó globalmente, pero sí quién perdió: el fútbol, nuestro amado deporte. Que descanse todo el mundo de Clásicos, que ha hecho pupa.